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Gracias al trabajo conjunto entre el Estado, que fija y supervisa las reglas; las empresas sanitarias, que gestionan e invierten; y los hogares que cumplen con el pago de su cuenta; los habitantes de las zonas urbanas de Chile cuentan con un estándar de servicios sanitarios comparable con el que se entrega en países desarrollados. ¿Quieres saber más sobre los estándares del sistema sanitario de las ciudades de Chile? Conócelo aquí

¿Sabías que el consumo humano de agua potable representa el 12% del total del agua disponible utilizada en Chile? El actual sistema sanitario en nuestro país permite abastecer de agua potable a 15,6 millones de personas que viven zonas urbanas, haciendo posible cumplir con el Derecho Humano al Agua y Saneamiento establecido por la ONU. Las empresas sanitarias trabajan día a día para asegurar ese Derecho en las ciudades del país. Conoce acá nuestros compromisos:

En las zonas urbanas se cumple con el Derecho Humano al Agua Potable y Saneamiento

Gracias a las inversiones y gestión anticipadas, las ciudades han seguido contando con agua pese a enfrentar la sequía más aguda de nuestra historia.

Chile es el único país de Sudamérica donde es seguro beber agua de la llave en las ciudades.

Un litro de agua de la llave cuesta $1, incluyendo su recolección y tratamiento como agua servida, una de las tarifas más baratas de la OCDE.

El agua no es potable en la naturaleza, y no llega naturalmente a la llave de cada hogar. Para que puedas beber el agua de la llave y luego puedas desecharla por los resumideros hay todo un trabajo previo y posterior. 

Primero, el agua debe ser captada, ya sea desde los ríos o desde los acuíferos subterráneos mediante sondajes. Luego, conducida por una red a plantas de tratamiento para potabilizarla, mediante procesos físicos y químicos, en un proceso que está activo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Posteriormente, el agua es distribuida a las familias por medio de extensas redes de agua potable, que incluyen estanques reguladores de presión en diferentes puntos de las ciudades. Las empresas sanitarias en su conjunto suman redes con una extensión lineal de 41 mil kilómetros, equivalente a 12 veces la extensión de la Ruta 5 en Chile, y que requiere una constante mantención. 

Después de que se usa, normalmente en el baño y en la cocina, el agua servida es llevada por la red de alcantarillados para su tratamiento y disposición final, para finalmente ser regresada a la naturaleza.

Entonces, el agua se produce, y detrás de ello hay un enorme trabajo técnico y humano, todos los días y a toda hora, para que esté las 24 horas en la casa de las familias. En la tarifa, el costo del agua de la fuente no es más del 2%.

No. Las tarifas del agua potable tienen una vigencia de cinco años, y las decide y fija la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), es decir el Estado de Chile, en un estudio técnico que toma cerca de un año. Se explica, en una parte por los costos de entregar el servicio (energía, personal y otros insumos), y en otra, por las inversiones que requerirá hacer la empresa sanitaria en los años que siguen para dar un servicio que cumpla con los estándares fijados por el marco legal

 Adicionalmente, el valor del servicio sanitario puede variar hacia arriba o hacia abajo, como consecuencia del aumento de la inflación y el IPC, y así poder seguir costeando la adquisición de los insumos necesarios. Esto, se informa oportunamente a los clientes.

No. No existen tarifas diferentes para hogares e industrias, sólo hay diferentes volúmenes de consumo.

El alcantarillado y el tratamiento de las aguas utilizadas son algo poco familiar para las personas, pero de gran importancia. Es como el retiro de la “basura líquida” de nuestras casas. No lo vemos… pero sí valoramos que pase en la semana el camión de la basura, porque lo vemos.

Muchos no saben de la enorme red de colectores que, “corre bajo nuestros pies”, para conducir y evacuar las aguas ya utilizadas, desde el momento que tiramos la cadena o cerramos la llave del lavaplatos. ¿Qué pasa con esas aguas? Son llevadas por esta red de tuberías y elevadas con sistemas de bombeo a plantas de tratamiento de aguas servidas y/o a emisarios submarinos de gran longitud, donde se separan de las basuras, arenas y lodos, para su devolución a la naturaleza. Esa infraestructura, cumple un rol esencial, y su construcción y operación supone costos significativos.

Efectivamente, no toda el agua que se consume regresa al alcantarillado. Una parte se usa para beber, preparar alimentos, y regar jardín, por ejemplo. 

Por eso, las tarifas de alcantarillado están calculadas considerando sólo la infraestructura y costos necesarios para recibir las aguas servidas que son desaguadas en la red de alcantarillado (normalmente entre un 80% y un 90% del agua potable consumida). La autoridad estimó que dicha modalidad de cobro es la más conveniente, porque elimina la instalación de un segundo medidor, lo que encarecería el servicio.

El Derecho Humano al Agua y Saneamiento, de acuerdo con las Naciones Unidas, establece que toda persona debe tener acceso al agua y saneamiento de manera suficiente, saludable, aceptable, accesible y asequible. Esos son los parámetros para evaluar el cumplimiento de este derecho, no la naturaleza del prestador del servicio.

En Chile, tenemos como prestadores a las empresas sanitarias privadas, al Estado a través de los municipios y a organizaciones comunitarias.

La evidencia nos indica que el Derecho Humano sí se cumple en las zonas urbanas en que prestan servicio las empresas sanitarias; y que, en cambio, las brechas persisten en las zonas rurales, donde operan otros actores: el Estado y las organizaciones comunitarias. Es por esto que nuestra posición es que el foco de la discusión pública se centre en cómo resolver la situación de la población rural, ya que en las ciudades donde operan las sanitarias el tema ya está resuelto.

Esta es una plataforma informativa de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess A.G.), integrada por las 22 principales empresas proveedoras de servicios sanitarios del país, que en conjunto entregan agua potable y saneamiento a más de 15,6 millones de personas en Chile.

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